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Un día Rut le dijo a Noemí:

―Quizás yo pueda ir a los campos de algún hombre bondadoso para recoger algunas de las gavillas que quedan tras los segadores.

Y Noemí dijo:

―Muy bien, hija mía, ve a hacer lo que has dicho.

Y así lo hizo. Ocurrió que el campo en que ella entró a espigar pertenecía a Booz el pariente del marido de Noemí. Booz llegó de la ciudad mientras ella estaba allí. Después de cambiar saludos con los segadores,

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